Por trece razones (Jay Asher)


Enseñado en: Wrap Up Julio y Agosto
Editorial Ámbar
223 páginas
ISBN: 978-84-367-844-9
p.v.p: 14,00€

No se puede detener el presente, ni tampoco rebobinar el pasado. El único modo de llegar a conocer el secreto... es dándole al PLAY.
Clay Jensen es un adolescente como cualquier otro que encuentra, al llegar un día a casa, una misteriosa caja sin remitente dirigida a su nombre. El contenido no es otro que una serie de cintas de grabación, siete en total, que parece haberle enviado Hannah, una compañera de clase que no hace ni dos semanas que se ha suicidado. A pesar del desconcierto que supone volver a oír la voz de Hannah, Clay descubrirá que son trece las razones por las cuales ha decidido quitarse la vida, trece caras de cassete y que, por ello, son trece las personas que deben escucharlas. Él es una de ellas. ''Es un juego muy sencillo: primero las escuchas, luego las pasas'' dice Hannah en la primera cara. ¿Qué razones son esas y qué tiene que ver él con ellas? A lo largo del día, Clay se irá obsesionando con las grabaciones y hasta recorrerá la ciudad con un mapa que ella misma le ha proporcionado. Pero he aquí un viaje distinto del esperado, un viaje donde el punto de llegada es precisamente el mismo que el de partida y en el que solo hacen falta unos nuevos ojos para verlo todo como por primera vez. Hannah irá desgranando poco a poco su vida en un intento de poner de manifiesto las consecuencias, grandes o pequeñas, de las cosas que hacemos y dejamos de hacer, y que cambian el mundo a veces sin darnos cuenta.

Desde el primer momento en el que oí hablar de este libro y su trama, supe que como mínimo, iba a resultarme interesante. Ya lo comenté en la reseña de Desde mi infiernoyo sufrí bullying escolar durante siete años y sé, por tanto, lo mal que se pasa y lo impotente que puedes llegarte a sentir. Muchas veces, los profesores no se dan cuenta de lo que ocurre en las aulas porque todo empieza con cosas ''inocentes'' y que van sumando y sumando hasta convertirse, al igual que le ocurre a la protagonista de este libro, en una gran bola de nieve que te aplasta sin remedio.
He intentado posponer todo lo posible hacer esta reseña ya que no es fácil para mí volver a revivir todos los sentimientos por los que pasé.
Leyendo este libro pude meterme por completo en la piel de Hannah, como si de un abrigo se tratase, y pude entender claramente los motivos por los que se suicida. Aunque puedo entender que hay lectores a los que les han parecido insuficientes, opino sinceramente que hay que vivir uno mismo lo que es de verdad que día tras día abusen de ti mentalmente (y hasta físicamente) y te lleguen a provocar una sensación de inseguridad y baja autoestima tan fuerte.
Ahora que puedo decir que ya lo he superado, que estoy en otro instituto y he conocido a gente nueva, me doy cuenta de que las cosas podrían haber cambiado actuando a tiempo, o simplemente habiéndome mostrado menos frágil ante las personas que intentaban doblegarme, sin embargo, creedme cuando os digo que no es algo ni fácil ni elegible. En mi caso, ellos también ganaron, ya que yo tuve que mudarme de ciudad con solo dieciséis años, a un nuevo instituto, sin mi familia. Tuve que empezar una ''vida universitaria'' antes de tiempo y, aunque gracias a eso he madurado y crecido como persona, siempre me acompaña el miedo cuando alguien a quien he conocido me cae especialmente bien. Hay un miedo al fracaso con esa amistad, al desprecio por su parte y, también, a que todo vuelva a ocurrir. Con todo esto quiero decir que el bullying es algo que se puede superar, pero que también deja una huella imborrable.

Sin pretender quedar de masoquista, creo que a este libro le ha faltado crudeza en la realidad. No descartaría que tal vez por eso haya cosechado tantos escépticos. He leído algunas reseñas muy frías al respecto, y sus autores deberían pararse a pensar un poco en lo que puede suponer de verdad sufrir un caso de bullying severo, y lo siento, pero no vale la opinión ganadora de alguien que no lo ha sufrido.

Hannah es un personaje ficticio, pero existen casos (más de los que pensamos e incluso conocemos) de adolescentes reales que se han suicidado por este tipo de acoso. Y lo peor, es que muchos de los acosadores ni siquiera eran conscientes del daño que estaban inflingiendo. Por este motivo, me ha parecido muy original la forma en la que Hannah deja grabado en cintas sus motivos para morir. Sin embargo, el que se las tuvieran que ir pasando me ha llegado a resultar excesivamente morboso. La muerte de Hannah no fue solamente inesperada entre su familia y compañeros de instituto, sino que además ninguno de ellos se esperaba que los motivos pudieran ser ellos mismos.
La narración de esta novela está hecha por una parte, de la mano de Clay, el chico que recibe las cintas, y por otra, la voz de Hannah. Cada vez que Clay escucha las cintas, el lector está descubriéndolas con él; de este modo se va averiguando el contenido de las cintas y los pensamientos de la fallecida. Este ritmo se vuelve cada vez más ágil y mantiene constante en la lectura ya que, al igual que Clay, estás pendiente de cuantas cintas te quedan por escuchar e ir recopilando la información suficiente sobre el suicidio de Hannah.


Se desvela, sin duda alguna, que la pobre protagonista llevaba cargando una gran cantidad de problemas a su espalda, pero también es verdad que toda esta presión le hizo comportarse de una manera muy frágil y cometida, sin dejarse ayudar por la gente que realmente se interesaba en ella.  
Esto, lejos de parecerme un comportamiento sin motivo, me resulta obvio y previsible. Me explico: cuando Hannah empieza a sentir el peso de esa bola de nieve que son sus problemas personales, se encierra en sí misma y simplemente es incapaz de ver la ayuda que rebosa de gente como Clay. Su rara actitud en muchas ocasiones es debido a la impotencia y al sentimiento de no saber cómo ni por qué actuar ante algo que ella misma puede cambiar. Lo malo de todo esto, es que para evitar esa clausura personal, necesitas a alguien, alguien a quien contarle todo lo que te está pasando, alguien que busque contigo soluciones, que te ayude a salir a flote y que te escuche, crea y comprenda, y no siempre tenemos a ese alguien. Y es que entender y empatizar con una persona que de verdad lo esté pasando mal implica, a veces, conocer muy bien a la persona y estar dispuesto a actuar en su lugar.

A pesar de estar bastante bien representado lo que podría ser un caso real de acoso, me he encontrado con algunos cabos sueltos que no me han terminado de convencer, como la aparente frialdad con la que Hannah habla en las cintas. En ocasiones, lo hace como si se lo estuviera pasando bien, algo que no me encaja para nada con el resto del tono narrativo.

En resumen, Por trece razones, es una novela bastante fiel a la realidad del bullying. El lector podrá entender, en rasgos generales, lo que de verdad implica ser víctima de ello. En mi opinión creo que podría haberse aprovechado un poco más el potencial de esta novela, pero cumple sus objetivos.

Si te gusta la novela realista, los dramas y la intriga que desarrollan los casos reales, esta novela te embaucará desde el principio. No te la pierdas.

(Si quieres leer el breve comentario que hice de esta novela en GoodReads, pincha AQUÍ.)



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Besos y felices lecturas :)