Brújulas que buscan sonrisas perdidas ( Albert Espinosa )

Enseñado en: IMM nº10
Leído en el mes de: julio (próximo Wrap Up)

Nunca dejaré de buscar mi archipiélago de sinceridad...
¿Quieres formar parte de él?

«Jamás nos mentiremos... Escúchame bien, eso implica algo más que ser sincero... En este mundo mucha gente es falsa... Las mentiras te rodean... Saber que existe un archipiélago de personas que siempre te dirán la verdad vale mucho... Quier o que formes parte de mi archipiélago de sinceridad...» «Saber que puedes confiar en la otra persona, que nunca te mentirá, que siempre te dirá la verdad cuando selo pidas, no tiene precio... Te hace sentir fuerte, muy poderoso...» «Y es que la verdad mueve mundos... La verdad te hace sentir feliz... La verdad creo que es lo único que importa...»

Editorial Grijalbo
235 páginas
ISBN: 978-84-253-4912-6
p.v.p: 16,90€
Como comenté en el IMM nº10, donde enseño este libro, lo conseguí de forma gratuita gracias a la iniciativa Libros Ceibes (o Libros Libres, en castellano) de la que soy voluntaria. Para los que no sepan muy bien de qué va esta iniciativa, tenéis toda la información necesaria en este artículo
Había leído en reseñas tantas buenas críticas de este libro y de este autor en general, que no pude resistirme. Lo comencé a leer hace unos días antes de irme a dormir (publiqué la foto en mi instagram) y a pesar de que esperaba que me gustase, no pensé que fuese a hacerlo hasta el punto de tenerme en vela hasta terminarlo.
Lo disfruté de principio a fin y me arrepentí de no haberlo hecho antes. Además, quedé tan satisfecha con la prosa del autor que tengo muchísimas ganas de leer algo más de él.

Esta novela invita a una reflexión personal muy interesante en la que se plantean cuestiones como qué buscamos en la vida, qué y quién nos hace felices y si estamos aprovechando bien nuestro tiempo con las personas que son importantes para nosotros. Nos hace ver, desde el trágico punto de vista de Ekaitz, el protagonista, que tenemos que aprovechar la oportunidad de vivir y hacerlo plenamente; aprender del pasado y saber sacar el provecho de las cosas que nos han pasado: de las malas para no repetirlas y/o aprender de ellas y de las buenas para seguir llevándolas a la práctica.
Nos introducimos en la vida de Ekaitz paulatinamente y con saltos en el tiempo, de forma que vamos conociendo más y más detalles durante la novela que nos sirven para poder empatizar con él y entender sus sentimientos. Empezamos conociendo a un Ekaitz un tanto frívolo, destrozado por la muerte de su mujer y dolido con el trato que recibió de su padre en la infancia, sin embargo, según avanza la novela, se palpa una gran evolución personal que hará que se de cuenta de muchas cosas que hasta entonces le habían pasado desapercibidas. Empezará a apreciar detalles que aunque a simple vista puedan significar muy poco, en realidad valen muchísimo. Además, recordará el pasado desde la experiencia y podrá sobrellevar un poco mejor esos traumas que, según la voz narradora, tenemos todos y son los que nos definen.

''Para vivir, hace falta vivir... Creo que no deberíamos olvidarlo.''
''Quien cree que el dinero lo hace todo, acaba haciéndolo todo por dinero... Cuando sólo es rico el que sabe limitar sus deseos.'' 
También hay personajes secundarios que para nada pasan desapercibidos y que juegan un papel fundamental en esta historia. El conserje de noche de un hotel a donde va Ekaitz me ha parecido de lo más romántico (en cuanto a personalidad) y detallista. La madre de Ekaitz: entrañable y bondadosa cuyo propósito siempre ha sido regalar sonrisas perdidas a sus hijos. Voy, el apodo que recibe el vecino del padre de Ekaitz y viejo amigo de éste, le ha dado las claves a Ekaitz para lograr un propósito muy importante y también le ha ayudado a no avergonzarse de sí mismo. El padre de Ekaitz ha sido, para mí, el más interesante, ya que a pesar de que durante casi toda la novela juega un papel gruñón, descuidado y hasta cruel con los suyos, nos demuestra que no todo es lo que parece y que las personas siempre tienen un lado oculto que no tiene que ser precisamente malo. Este personaje en particular me ha recordado muchísimo a otro personaje literario, Georges Méliès, de La invención de Hugo Cabret, ya que no solo comparten la misma afición: el cine, sino que su carácter y evolución es bastante parecida.

Me fascinó que el autor pudiera crear una historia emotiva mientras que, continuamente hace leer entre líneas al lector. Ha demostrado poder hacer llegar su mensaje a todos por igual y seguro que no soy la única que, después de haber leído este libro, se ha puesto a reflexionar. Su pluma es, dentro del panorama nacional, de las más poéticas que he probado y a la vez está cargada de una sencillez que te golpea, ya que nos hace apreciar cosas que siempre han estado a nuestro alcance y que parece mentira que no hayamos sido capaces de apreciarlas.
Como ya os estaréis imaginando, he marcado muchísimas frases que me han gustado en las que, estoy convencida, el autor quiere dejar las claves de su intención comunicativa.

''Negar las experiencias es poner una mentira en los labios de la propia vida.''
''La gente vive tan veloz que a veces se va a dormir sin ninguna reflexión... Y eso no debería ocurrir.'' 
Si hay algo que no me ha convencido del todo y que me ha impedido ponerle esas cinco décimas más al libro para hacerlo perfecto son las increíbles casualidades con las que se topa el protagonista, que son las que permiten su evolución personal. Pienso que está hecho adrede por el autor y que no son situaciones del todo improbables, sin embargo, no me ha permitido creérmelo del todo (por decirlo de alguna manera). 
Además, durante toda la narración, el autor abusa sobremanera de los puntos suspensivos, hasta tal punto que, o los obviaba, o me volvía loca, ya que, en una sola página he llegado a contar una veintena de ellos. (Creo que la intención es dotar de más ''melancolía'' el relato de forma que el lector pueda ponerse en situación, pero a mí me ha desesperado por momentos).
A pesar de estos detalles, este libro ha marcado un antes y un después y creo que no pasará desapercibido para nadie.

En menos palabras, Brújulas que buscan sonrisas perdidas es una historia muy emotiva que invita al lector a una gran reflexión personal. Ekaitz, el protagonista, es un claro ejemplo de que la vida da segundas oportunidades si ponemos un poco de nuestra parte. Nada está perdido si logras crear un archipiélago de sinceridad. Yo ya he formado el mío, ¿quieres formar parte de él?

''Lo que nos precede tiene la clave de lo que nos acontecerá.''

Un libro esperanzador que cree en las segundas oportunidades.
Recomendable al cien por cien. No te lo puedes perder.

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